La Gratitud
LA GRATITUD
Varias investigaciones han demostrado que la gratitud no solo reduce el estrés, sino que juega un papel importante en la superación del trauma severo, aumentando la resiliencia. Pero para esto no es suficiente repetir «Gracias», aunque para empezar, esto es bueno. Debes desarrollar y cultivar en ti una actitud de constante y sincera gratitud hacia todo lo que sucede en tu vida. Afortunadamente, existen muchas técnicas en el yoga que nos permiten sentir literalmente esta actitud.
La gratitud es un sentimiento que nace del corazón que tiene el don de llevarnos más allá del juicio, especialmente el negativo, más allá de criticar, nunca ser felices con lo que tenemos, con lo que vivimos, con nosotros mismos, queriendo forzar entender todo lo que encontramos. La sociedad en la que vivimos nos enseña que solo podemos ser felices bajo ciertas condiciones: cuando nos jubilamos, cuando ganamos más, cuando nuestras deudas están pagadas. En realidad este no es el caso, la sociedad de consumo ha condicionado nuestro modo de vida al crear la ilusión de que la felicidad solo se puede obtener con la posesión de bienes o con un estatus social.
Cuando aprendemos a integrar la gratitud en nuestra vida diaria, redescubrimos que la verdadera felicidad, duradera y no efímera, está dentro de nosotros y deriva precisamente del descubrimiento, día tras día, de la magia de la vida.
Estar agradecido no proviene necesariamente de haber tenido un regalo, un ascenso, una atención, un beso, sino de reconocer que estamos en el fluir de la vida, que podemos abrirnos a los demás y captar el enriquecimiento que obtenemos si honramos la vida. El acto de dar proviene de la energía abierta y fluida del corazón. Cuando damos desde nuestro corazón, no es con la intención de obtener algo a cambio, sino un acto de compartir nuestro infinito espiritual con quienes nos rodean.
Cuanto más constante se vuelve nuestra práctica de gratitud, más aprendemos a enfocarnos en las cosas bellas de nuestra vida, es como si entramos en contacto con una magia. Es como si estuviéramos enviando un mensaje al Universo pidiendo más cosas para apreciar.
PASOS HACÍA LA GRATITUD
- Para desarrollar la gratitud es necesario suavizar el ojo crítico con el que a menudo nos miramos a nosotros mismos.
- Deja de pensar en lo que no has hecho, lo que no has logrado y lo que no tienes. En cambio, piensa en lo que has logrado, piensa en el compromiso que has puesto y cuánto has aprendido, piensa en todas las cosas que tienes que te dan bienestar.
- Aprenda a moderar expectativas y deseos, especialmente los materiales.
- En este sentido, es muy importante aprender a conectar con la naturaleza, a ver y apreciar la belleza de una flor, cielo azul, nubes, viento, mar, árboles. Observar y conectarse con la naturaleza genera un sentido de profunda gratitud y aprecio por la vida y por cada día que se nos da.
- Aprende a apreciar hasta los pequeños obsequios de cada día: una sonrisa, una rica comida en buena compañía, un momento para ti, algo que hayas aprendido.
- Deténte por un momento en lo que está haciendo. Mira lo que tienes y quién eres, abre tus sentidos a la vida y aprecia esta nueva oportunidad que surge con cada segundo que pasa. Ve y haz lo que te inspire este momento de observación y contacto, disfruta de la vida, haz algo por alguien, sé tú mismo.